Teoría del Autogobierno Mental y Estilos de Pensamiento
La teoría del autogobierno mental de Robert Sternberg explica a través de una metáfora sobre la organización del gobierno, los estilos de pensamiento. Es así como expone que las personas, al igual que los gobiernos, cuentan con unos mecanismos que les permiten un determinado funcionamiento: legislativo, ejecutivo y judicial. El primero tiene que ver con aquellos individuos que disfrutan el crear, formular y planear soluciones a los problemas. El segundo se refiere a las personas que llevan a la práctica las ideas, siguen reglas y les gusta poner en acción sus conocimientos para resolver situaciones problemáticas. El tercero incluye a las personas que les gusta evaluar reglas y procedimientos.
Las anteriores funciones se manifiestan de diferentes formas y estas se pueden combinar por separado con cualquiera de los estilos anteriores. Estas son: el monárquico, el jerárquico, el oligárquico y el anárquico. El primero involucra a aquellas personas que atienden a una sola cosa sin prestar atención al resto. Relativamente son intolerantes e inflexibles pues no permiten que nada se interponga en la resolución de un problema. El segundo posee una jerarquía de metas y reconoce la necesidad de establecer prioridades, tienden a aceptar la complejidad más que las monárquicas y reconocen la necesidad de examinar los problemas desde varios puntos de vista para establecer correctamente las prioridades. El tercer estilo se refiere a las personas que desean hacer más de una cosa al mismo tiempo, tienden a estar motivadas por varias metas que consideran de igual importancia y que con frecuencia son contradictorias entre si. El cuarto grupo se refiere a las personas que no tienen clarificadas sus metas y por tanto son difíciles de clasificar tanto por ellas mismas como por otras personas.
Tanto las funciones como las formas mencionadas actúan a dos niveles: Global y local. El primero señala personas que prefieren abordar cuestiones relativamente amplias y abstractas en contraposición con las personas locales a quienes les gustan los problemas concretos, que exigen trabajar con detalles. Por otra parte, los estilos actúan en ámbitos diferentes: el externo y el interno. El primero hace referencia a las personas extrovertidas, abiertas a la gente, socialmente más sensibles, les gusta trabajar con gente y en pequeños grupos. El segundo es su contraparte; son personas introvertidas, reservadas, poco sensibles socialmente hablando, prefieren trabajar de manera individual y en general tienen poca conciencia social. Por último según la orientación o tendencia, el estilo puede ser liberal o conservador: las personas conservadoras siguen procedimientos y reglas ya existentes evitan el cambio y situaciones ambiguas. A las personas liberales les gusta ir más allá de los procedimientos y reglas ya existentes; maximizar el cambio y buscar situaciones ambiguas.
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